fénix de madrugada (1996)

 

EL QUE ME HABLA EN SU SILENCIO

Te encuentro ahora en esta costa oscura.

La niebla yerta de tejido espeso
me separa de ti, y es implacable.
Yo sé que estás ahí: siento tus pasos.
¿Qué pasos son si llegan transparentes?,
¿qué voz acude si parece que
viniera de ti mismo y no viniera?
Yo no puedo pasar. ¿Cómo te alcanzo?
El latido del mar rompe la espuma,
y estallan las arterias de los rayos
en esta medianoche de tu muerte.
Las dunas tiemblan si tu cuerpo pasa
rozándolas, y escucho sólo el viento.
Y estás aquí y allá sin que te muevas;
pero tú eres de luz y yo soy sombra;
ahora vives de luz, y yo soy noche.
Tu cuerpo es el fulgor de otros fulgores,
y los años no son porque tú estás,
y el espacio no es porque tú eres
todo el espacio que no encierra espacio.
Tú tienes niebla y me hablas en silencio,
y te alejas de mí como se alejan
galaxias de galaxias de galaxias,
y luego estás aquí como el relámpago
nevado sobre el sol que hay en tu rostro.
¿Quién te envió a la muerte, y sonreía?
Te siento con el viento de la playa
venir sobre mi propia soledad.
Los muertos recibieron su lección,
y están, por fin, unidos y secretos.
No nos hablan: nos rozan y se alejan
por esta costa oscura y este mar.
Háblame ahora. ¿Acaso es el silencio
la voz de luz gloriosa de los muertos
y en el silencio viven con nosotros?
Déjame que te escuche en tu silencio
y que me sienta siempre junto a ti.
Un día he de cruzar toda tu niebla
en esta costa oscura de tu muerte.

 

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