noches
(1976)
RELACIÓN
DE MEDIANOCHE
Si entras a esa casa,
a medianoche,
si entras en ese mundo,
y sigiloso y en puntillas
dejas
quietas las manos,
con cuidado
no respiras, y si los
ojos fijas
en una hoja de papel
en blanco
por algunas semanas,
y luego te desprendes,
aunque es difícil,
de tu cuerpo,
o si lo dejas en los
años que te quedan
por vivir, y nadie
hay en la casa,
y nadie hay en el mundo
de la casa:
verás que el
cigarrillo enciende al fumador,
y el vino se bebe al
embriagado,
y el libro lee a su
lector,
y la chaqueta se viste
de su dueño,
y el pan engulle a
sus hambrientos, y el espejo
se mira en el azogue
de la dama,
y de improviso se enciende
una pared,
y asoma una cabeza,
y la saludas,
o muy de súbito
sale de tus hombros
el niño que
serías, y lo besas,
o una mano en el aire
arroja de improviso
abejas de oro sobre
tu cabeza,
o ves llegar la madrugada
y te duermes
en otra casa, y en
el sueño tratas
de buscar lo que has
perdido:
ese mundo real que
ya no tienes,
porque entraste en
el mundo de los ojos irreales.
Salvo que entraras
de nuevo en esa casa...
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